"REPVLGAR, retorcer la orilla de lienço, seda, ó paño con el dedo pulgar, de donde tomó el nombre. Repulgo, la tal torcedura asida con hilo, o seda, pespunte, ó vaynilla. Brocensis, Repulgar, corrupto de replicare. Pli. lib. 9. c. 33. margine replicando. Reparar en el repulgo de la empanada. Trauar de cosas de poca importancia.
REPVLGAR, estimar. Reputacion, estima. Reputado, estimado, puedese tomar en buena, o mala parte, á verbo Latino reputare".
Autoridades nos da las definiciones del verbo, del participio pasado y del sustantivo:
"REPULGAR. v. a. Retorcer la orilla del lienzo, seda, paño ú otra cosa, con el dedo pulgar, de donde tomó el nombre. Trahelo Covarr. en su Thesoro. Lat. Replicare. Complicare.
REPULGAR LA BOCA. Plegar los labios, formando un género de hocico ú dobléz en ellos. Lat. Plicare labra.
REPULGADO, DA. part. pass. del verbo Repulgar en sus acepciones. Lat. Plicatus. Replicatus".
Cita un párrafo de la Novela Ejemplar de Miguel de Cervantes titulada "El celoso extremeño":
"Fuéronsc las criadas, y ella acudió á la sala á persuadir á Leonora acudiese á la voluntad de Loaysa con una larga y tan concertada arenga, que pareció que de muchos dias la tcnia estudiada. Encarecióle su gentileza, su valor, su donaire, y sus muchas gracias: pintóle de cuanto mas gusto le serian )os abrazos del amante mozo, que los del marido viejo asegurándole el secreto y la duracion del deleite, con otras cosas semejantes á éstas, que el demonio le puso en la lengua, llenas de colores retóricos,tan demostrativos y eficaces, que movieran no solo el corazon mas tierno y poco advertido de la simple é incauta Lconora, sino el de un endurecido mármol. ¡Oh dueñas, nacidas y usadas en el
mundo para perdicion de mil recatadas y buenas intenciones! ¡Oh luengas y repulgadas locas, escogidas para autorizar las salas y los estrados de señoras principales, y cuán al reves de lo que debíades usais de vuestro casi ya forzoso oficio!".
(Pág. 226)
Continúa Autoridades:
"REPULGO. s. m. La torcedúra que se hace al lienzo, paño ó seda, cosida con hilo ó seda á pespunte ó vainilla. Lat. Plicatura. Replicatio.
REPULGO. Por semejanza se aplica tambien á la gracia y adorno esteriór, que hacen á las empanadas ó pasteles, al rededor de las massas. Lat. Massa plicatura.
Reparar en repulgos de empanada. Phrase que vale detenerse ó asirse de cosas de poca importancia. Trahelo Covarr. en su Thesoro. Lat. In re levisima affendi".
Ilustra esta voz con unos versos de Francisco de Quevedo que se encuentran en el romance de germanía titulado "Recógese un Xaque á pretender viejas; y una Tronga se levanta á Dama de porte" ("Musas"):
(...) En selva de Quintañonas,
con su fecha de ab initio,
condenaré á los profundos
de una Dueña mi capricho.
Estas guardan caldo viejo,
y sus mangas son archivo
de repulgos de empanadas,
y de andrajos de tocino.
Mas lo que llevo muy mal,
es, que se olvide abarrisco
de quando eran mis pedazos
su presunción y su abrigo:
Y que hoy me venda por otros
sus compradores postizos:
que metan, por tripularla,
mañana mil caramillos...
Academia se atiene a lo dicho por Autoridades hasta la edición de 1803, en la que añaden la siguiente acepción:
"REPULGAR. Hacer repulgos y labores en las empanadas, pasteles y otras cosas de pasta. (...)".
En la edición de 1817 incluyen el adjetivo repulgado, que vale por "afectado"; en la de 1843, las dos acepciones de la voz repulgo quedan definidas así:
"REPULGO. m. Dobladillo. (...) // El borde labrado que hacen á las empanadas ó pasteles al rededor de la masa. (...)".
En la edición de 1884 dicen:
"REPULGAR. a. Retorcer la orilla del lienzo, seda, paño ú otra tela con el dedo pulgar y coserla.// Hacer repulgos y labores en las empanadas, pasteles y otras cosas de pasta.
REPULGO. (De repulgar.) m. Dobladillo.// Borde labrado que hacen á las empanadas ó pasteles al rededor de la mesa.// Repulgos de empanada. fig. y fam. Cosas de muy poca importancia, ó escrúpulos vanos y ridículos".
En la siguiente edición, la de 1899, el verbo repulgar queda definido de este modo:
"REPULGAR. (Del lat. replicare, doblar dos veces.) a. hacer repulgos".
En la edición de 1914 añaden una nueva acepción de la voz repulgo:
"REPULGO. (...) Excrecencia que suele producirse en las heridas de los árboles".
En la edición de 1970 las voces repulgado y repulgo las definen de esta manera:
"REPULGADO, DA. (De repulgar.) adj. fig. y fam. Falto de naturalidad, afectado.
REPULGO. (De repulgar.) m. Pliegue que como remate se hace a la ropa en los bordes.// 2. Borde labrado...// 3. Cicatriz fruncida y saliente de las heridas de las personas y de los cortes de los árboles.// 4. fig. y fam. Recelo e inquietud de conciencia que siente el hombre sobre la bondad o necesidad de algún acto suyo. (...)".
En la edición de 1985 añaden una nueva acepción:
"REPULGO. (...) Punto pequeño y espeso con que se cosen a mano los dobladillos. (...)".
Las últimas acepciones de las tres voces se mantienen hasta el día de hoy.
El Esteban Terreros recoge las voces repulgar y repulgo con estas definiciones:
"REPULGAR, término de sastrería, hacer aquel dobladillo que acostumbran en la ropa; y de pastelería, hacerle en la masa de los pasteles; y así á proporcion en otras cosas. Fr. Ourler, oureler. Lat. Oram leviter plicare, assuere. It. Orlare.
REPULGAR LA BOCA, fruncirla. (...)
REPULGO, en la sastrería, doblez de la tela. Fr. Ourlet. Lat. Margo, brevis orae plicatura. It. Orlo. Por desprecio se dice: buen repulgo de empanada, de una cosa, que es como monada ó cosa ridícula. Tambien se dice repulgado. Lat. Leviter plicatus".
Nuñez de Taboada define de este modo al verbo repulgar en su "Diccionario de la lengua castellana" (1825) :
"REPULGAR. v. a. Retorcer la orilla de un tegido, con el dedo pulgar y coserla.// Hacer repulgos y labores en las cosas de pasta".
El Domínguez recoge las voces repulgado, da; repulgador, ra; repulgamiento, repulgar, repulgarse y repulgo. Veamos algunas de ellas:
"REPULGADOR, RA. s. El que repulga. Se usa tambien como adjetivo.
REPULGAMIENTO. s. m. La accion y el efecto de repulgar y repulgarse.
REPULGARSE. v. pron. fam. Componerse, adornarse, aliñarse, acicalarse de muy afectada ó exagerada manera, con nimio y hasta ridículo cuidado, estudio, esmero, etc. Se usa en algunas provincias, pero generalmente va caducando sin que ya se oiga en el lenguaje culto".
En el Pagés se encuentran las voces repulgadamente; repulgado,da; repulgadura, repulgamiento, repulgar y repulgo. Estas dos últimas las ilustra con varios ejemplos literarios. Para el verbo elige unos versos de Tirso de Molina, y dos párrafos escritos por Miguel de Cervantes.
Los versos de fray Gabriel Téllez pertenecen a su obra "Marta la piadosa":
El Esteban Terreros recoge las voces repulgar y repulgo con estas definiciones:
"REPULGAR, término de sastrería, hacer aquel dobladillo que acostumbran en la ropa; y de pastelería, hacerle en la masa de los pasteles; y así á proporcion en otras cosas. Fr. Ourler, oureler. Lat. Oram leviter plicare, assuere. It. Orlare.
REPULGAR LA BOCA, fruncirla. (...)
REPULGO, en la sastrería, doblez de la tela. Fr. Ourlet. Lat. Margo, brevis orae plicatura. It. Orlo. Por desprecio se dice: buen repulgo de empanada, de una cosa, que es como monada ó cosa ridícula. Tambien se dice repulgado. Lat. Leviter plicatus".
Nuñez de Taboada define de este modo al verbo repulgar en su "Diccionario de la lengua castellana" (1825) :
"REPULGAR. v. a. Retorcer la orilla de un tegido, con el dedo pulgar y coserla.// Hacer repulgos y labores en las cosas de pasta".
El Domínguez recoge las voces repulgado, da; repulgador, ra; repulgamiento, repulgar, repulgarse y repulgo. Veamos algunas de ellas:
"REPULGADOR, RA. s. El que repulga. Se usa tambien como adjetivo.
REPULGAMIENTO. s. m. La accion y el efecto de repulgar y repulgarse.
REPULGARSE. v. pron. fam. Componerse, adornarse, aliñarse, acicalarse de muy afectada ó exagerada manera, con nimio y hasta ridículo cuidado, estudio, esmero, etc. Se usa en algunas provincias, pero generalmente va caducando sin que ya se oiga en el lenguaje culto".
En el Pagés se encuentran las voces repulgadamente; repulgado,da; repulgadura, repulgamiento, repulgar y repulgo. Estas dos últimas las ilustra con varios ejemplos literarios. Para el verbo elige unos versos de Tirso de Molina, y dos párrafos escritos por Miguel de Cervantes.
Los versos de fray Gabriel Téllez pertenecen a su obra "Marta la piadosa":
Salen doña Marta vestida como se ha dicho, y doña Inés con mantos.
MARTA
Vi a don Felipe en el Prado
llegar, la color perdida,
por la mudanza debida
con que a mi padre he engañado;
pero viendo que no osaba
hablarme, por el respeto
que en este traje prometo,
le dije que le adoraba
tanto, que por su ocasión
andaba de esta manera,
pues si estoy devota, él era
mi imagen de devoción;
y como a mi hermano ha muerto,
y el temor de esto le avisa,
lo que permitió su prisa
le hablé, y quedó de concierto
de venir a hablarme aquí
con un ingenioso enredo,
que mientras hablabas.
INÉS
Quedo,
que están los viejos aquí.
MARTA
Pues repúlgome: Dios sea
con vuesas mercedes.
De los párrafos escritos por Cervantes, uno pertenece a la novela ejemplar, ya citada, y el otro a la segunda parte de su obra inmortal "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha". Concretamente al capítulo XLVIII, titulado "De lo que le sucedió a Don Quijote con Doña Rodríguez, la dueña de la Duquesa, con otros acontecimientos dignos de escritura y de memoria eterna":
"Clavó los ojos en la puerta, y cuando esperaba ver entrar por ella a la rendida y lastimada Altisidora, vio entrar a una reverendísima dueña con unas tocas blancas repulgadas y luengas, tanto que la cubrían y enmantaban desde los pies a la cabeza".
(Pág. 973)
Para ilustrar la voz repulgo recurre también a los versos de Quevedo, pero, para la frase hecha, prefiere los de la comedia de Bretón de los Herreros titulada "Me voy a Madrid". La escena XV del Acto III comienza de este modo:
Don Joaquín, Don Hipólito.
JOAQUÍN
Quiera Dios que en el camino
no encuentre a algún importuno,
que fuera chasco por cierto...
HIPÓLITO
¡Alto ahí, compadre Curro!
(Dándole por detrás un golpe en el hombro.)
JOAQUÍN
¿Quién...? ¿Qué veo...?
HIPÓLITO
¡Amigo ingrato!
¡Marcharse por esos mundos
sin despedirse de mí!
JOAQUÍN
Excúseme usted. Asuntos
urgentes me han obligado...
HIPÓLITO
Déjese usted de repulgos
de empanada; usted se fuga
por librarse de mi justo
furor.
El Diccionario Medieval Español recoge la primera acepción del verbo repulgar. A saber:
"REPULGAR. tr. s. XV. Hacer repulgos o dobladillos en la ropa: "De rrepulgar la dicha rropa", Cuentas de Gonzalo de Baeza, tesorero de Isabel la Católica (1477-91) t. I, Madrid, 1955, p. 62".
En "Hablas Andaluzas" se encuentra la voz repulgo, con cinco acepciones:
"REPULGO. m. Escrúpulo. (...) 2. Escalofrío. (...) 3. Gesto consistente en torcer la boca a un lado en señal de desplante, refinamiento, tozudez, insistencia en alguna actitud desafiante. (...) 4. Cicatriz. (...) 5. A repulgo, llenar un saco, costal o talega hasta la boca, de modo que a duras penas pueda cerrarse".
El Director y Catedrático de la Escuela Superior de Veterinaria, Don Nicolás Casas de Mendoza, nos ofrece una amplia información botánica de la voz repulgo en su "Diccionario manual de agricultura y ganadería españolas" (Calleja, Lopez y Rivadeneyra, editores. Madrid, 1857):
"REPULGO, BORDE. Es un rodete ó excrecencia que se observa en la corteza de los árboles, en el punto donde se colocan los ingertos, en las estacas ó en los labios de l
as heridas. De los repulgos pueden sacarse algunas ventajas, puesto que los pezones que los traspasan se convierten á voluntad, y segun las circunstancias, en ramas cargadas de hojas ó en raíces rastreras. Si se afraila un árbol, despojándole de todos sus renuevos, se ve salir de entre la madera y la corteza un repulgo grueso, que dará origen á brotes pequeños; si se corta una de las raíces principales de este árbol, y se cubre de tierra el tocon, se forma un repulgo, del que salen raíces, pero si no se cubre de tierra y deja al aire libre, el repulgo producirá brotes. En su consecuencia, si antes de cortar una estaca de un árbol se forma artificialmente un repulgo, se adelantará el trabajo de la naturaleza, y la estaca prenderá más pronto y con más seguridad".
as heridas. De los repulgos pueden sacarse algunas ventajas, puesto que los pezones que los traspasan se convierten á voluntad, y segun las circunstancias, en ramas cargadas de hojas ó en raíces rastreras. Si se afraila un árbol, despojándole de todos sus renuevos, se ve salir de entre la madera y la corteza un repulgo grueso, que dará origen á brotes pequeños; si se corta una de las raíces principales de este árbol, y se cubre de tierra el tocon, se forma un repulgo, del que salen raíces, pero si no se cubre de tierra y deja al aire libre, el repulgo producirá brotes. En su consecuencia, si antes de cortar una estaca de un árbol se forma artificialmente un repulgo, se adelantará el trabajo de la naturaleza, y la estaca prenderá más pronto y con más seguridad".
(Vol. IV; pág. 57)
A Francisco Martinez Motiño o Montiño, cocinero de los reyes Felipe II y Felipe IV, se le debe el invento de la masa de hojaldre. En su obra "Arte de Cozina, Pasteleria, Vizcocheria y Conserveria", ( Luis Sánchez. Madrid, 1611) aparece en varias ocasiones la voz repulgo. Hemos elegido de todas ellas la receta de la empanada fría de jabalí. La transcribo con la grafía actual:
"Partirás el jabalí por medio de las piernas, harás cuatro empanadas, dos para frías, y dos para calientes; las fritas perdigarás en las parrillas: luego las mecharás con tocino gordo con una mechadera grande, que las mechas sean tan gordas como el dedo pequeño de la mano; estas mechas han de ir derechas con la hebra de la carne, se han de salpimentar con especias y sal, luego mechar: las mechas han de atravesar toda la pieza de parte á parte por en medio muy espesas; luego las echarás en vinagre que se cubran, estarán en él seis horas: luego las empanarás en masa negra de cemite ó harina de trigo por cerner como viene del molino. Ha de ser de dos hojas cada empanada, y muy gorda: sazonarás con toda especia, has de procurar que el repulgo sea muy fuerte; y cuando están cocidas échale la salsa para frías".
(Págs. 104v-105)
Juan Altamiras nos enseña en su libro "Nuevo arte de cocina" cómo se hacen los pasteles de pollos y gazapos:
"Limpiarás los Pollos, ö Gazapos tiernos, y gruessos, los despedazarás, y los pondrás en guisado, con tocino frito, cebolla, peregil, dos lechugas majadas, quatro granos de ajo, con todas especias, y un poco de vino blanco, los dexarás, que se assen á fuego manso; harás la massa assi: Pondrás un puchero con agua, y sal, y harás la massa, que conocieres proporcionada; para quatro Pollos, quatro onzas de manteca de puerco, y quatro huevos; la sobarás bien, hasta que haga correa; cortarás á pedacitos la massa, la ensancharás á modo de una cazuelilla; echarás de los Pollos un poco de caldo del guiso, para que se conserve la humedad en el papel, lo cubrirás con massa, harás su repulgo, ó qualquiera figura; los cocerás en el el horno, y quando estuvieren a medio cocer, batirás un par de huevos, los bañarás con unas plumas, los bolverás al horno para que acaben de cocerse. Este es buen documento para los economicos; pues con quatro Pollos se puede contentar á ocho".
(Págs. 71-72)
El "Manual completo de la primera enseñanza elemental y superior para las niñas" (3ª ed. Imprenta de D. Juan de la Cuesta. Valladolid, 1861), entre las muchas y provechosas enseñanzas que contiene, se encuentran varias lecciones sobre el arte de la costura. La primera lección comienza así:
"El arte de la Costurera y Modista consiste en saber cortar, coser y guarnecer ó adornar los vestidos.
Hay diferentes clases de punto, á saber: punto-adelante ó bastilla: punto por-cima: punto de sábana: repulgo ó punto de dobladillo: punto de vainilla: punto atrás: punto de ojal; y punto de cadeneta.
(...)
Para hacer bien el dobladillo, se principia doblando como hemos dicho una pestañita estrecha que coja algunos hilos de la tela, reuniendo esta á grandes pliegues en la mano izquierda. Concluido este primer doblecito interior, se hace otro á la distancia que requiera la anchura del dobladillo, para cuya operación se coloca la tela de modo que se redoble sobre el dedo índice de la mano izquierda, y esté sostenida por el pulgar y de enmedio; entonces se mete la aguja trasversalmentc en la tela, y después en el borde del primer doblez, siguiendo así hasta concluir. Si el dobladillo es largo se asegura á la almohadilla.
Cuando los dobladillos son anchos y se pasan cordones por ellos se llaman jaretas. Si se hacen dichos dobladillos en gasas ú otras telas delgadas que no exijan mucho cuidado, entonces se cosen á punto adelante ó de bastilla, y en estos casos, como se pasa la aguja en la tela cinco ó seis veces sin sacarla, se dan otras tantas puntadas á la vez que abrevian y economizan tiempo".
(Págs. 386-387)
Conocido es el romance que empieza de este modo:
A Francisco Martinez Motiño o Montiño, cocinero de los reyes Felipe II y Felipe IV, se le debe el invento de la masa de hojaldre. En su obra "Arte de Cozina, Pasteleria, Vizcocheria y Conserveria", ( Luis Sánchez. Madrid, 1611) aparece en varias ocasiones la voz repulgo. Hemos elegido de todas ellas la receta de la empanada fría de jabalí. La transcribo con la grafía actual:
"Partirás el jabalí por medio de las piernas, harás cuatro empanadas, dos para frías, y dos para calientes; las fritas perdigarás en las parrillas: luego las mecharás con tocino gordo con una mechadera grande, que las mechas sean tan gordas como el dedo pequeño de la mano; estas mechas han de ir derechas con la hebra de la carne, se han de salpimentar con especias y sal, luego mechar: las mechas han de atravesar toda la pieza de parte á parte por en medio muy espesas; luego las echarás en vinagre que se cubran, estarán en él seis horas: luego las empanarás en masa negra de cemite ó harina de trigo por cerner como viene del molino. Ha de ser de dos hojas cada empanada, y muy gorda: sazonarás con toda especia, has de procurar que el repulgo sea muy fuerte; y cuando están cocidas échale la salsa para frías".
(Págs. 104v-105)
Juan Altamiras nos enseña en su libro "Nuevo arte de cocina" cómo se hacen los pasteles de pollos y gazapos:
"Limpiarás los Pollos, ö Gazapos tiernos, y gruessos, los despedazarás, y los pondrás en guisado, con tocino frito, cebolla, peregil, dos lechugas majadas, quatro granos de ajo, con todas especias, y un poco de vino blanco, los dexarás, que se assen á fuego manso; harás la massa assi: Pondrás un puchero con agua, y sal, y harás la massa, que conocieres proporcionada; para quatro Pollos, quatro onzas de manteca de puerco, y quatro huevos; la sobarás bien, hasta que haga correa; cortarás á pedacitos la massa, la ensancharás á modo de una cazuelilla; echarás de los Pollos un poco de caldo del guiso, para que se conserve la humedad en el papel, lo cubrirás con massa, harás su repulgo, ó qualquiera figura; los cocerás en el el horno, y quando estuvieren a medio cocer, batirás un par de huevos, los bañarás con unas plumas, los bolverás al horno para que acaben de cocerse. Este es buen documento para los economicos; pues con quatro Pollos se puede contentar á ocho".
(Págs. 71-72)
El "Manual completo de la primera enseñanza elemental y superior para las niñas" (3ª ed. Imprenta de D. Juan de la Cuesta. Valladolid, 1861), entre las muchas y provechosas enseñanzas que contiene, se encuentran varias lecciones sobre el arte de la costura. La primera lección comienza así:
"El arte de la Costurera y Modista consiste en saber cortar, coser y guarnecer ó adornar los vestidos.
Hay diferentes clases de punto, á saber: punto-adelante ó bastilla: punto por-cima: punto de sábana: repulgo ó punto de dobladillo: punto de vainilla: punto atrás: punto de ojal; y punto de cadeneta.
(...)
Para hacer bien el dobladillo, se principia doblando como hemos dicho una pestañita estrecha que coja algunos hilos de la tela, reuniendo esta á grandes pliegues en la mano izquierda. Concluido este primer doblecito interior, se hace otro á la distancia que requiera la anchura del dobladillo, para cuya operación se coloca la tela de modo que se redoble sobre el dedo índice de la mano izquierda, y esté sostenida por el pulgar y de enmedio; entonces se mete la aguja trasversalmentc en la tela, y después en el borde del primer doblez, siguiendo así hasta concluir. Si el dobladillo es largo se asegura á la almohadilla.
Cuando los dobladillos son anchos y se pasan cordones por ellos se llaman jaretas. Si se hacen dichos dobladillos en gasas ú otras telas delgadas que no exijan mucho cuidado, entonces se cosen á punto adelante ó de bastilla, y en estos casos, como se pasa la aguja en la tela cinco ó seis veces sin sacarla, se dan otras tantas puntadas á la vez que abrevian y economizan tiempo".
(Págs. 386-387)
Conocido es el romance que empieza de este modo:
Una viuda reverenda,
con sus tocas de repulgo,
viuda al parecer no mas,
y casada con su gusto.
Se aficionó de un galán
boquiroto, y pelo rubio,
harto ligero de cascos,
y el traje compuesto al uso.
Es el galán sobredicho,
en lo que se ve, un Mercurio,
poeta y pobre, que hogaño
andan estos nombres juntos...
Escribe don Luis de Góngora y Argote en su comedia "Don Carlino":
GERARDO
Bien está. Pero a fe mía
¿no será bien que esta daga,
convertida en pluma un día,
cualquier rótulo le haga
al bote de la atutía?
De la tía repulgada
que empanar hombres le agrada
con la sobrinilla loca,
prestando su infame toca
el repulgo a la empanada:
acertada cosa fuera.
(Acto I)
Su composición "Musas, si la pluma mía" acaba así:
Como si fuera empanada,
repulgando está a la niña
con los cogollos de piña
quien la tiene concertada,
que no es bien que sepa nada
del desconcierto que ha habido
el que ha de ser su marido
y comblezo de algún conde,
que lo ha hecho proveer donde
irá oliendo a proveído.
Francisco de Quevedo comienza de este modo su obra "Gracias y desgracias del ojo del culo" (1620-1626):
"Quien tanto se precia de servidor de vuesa merced, ¿qué le podrá ofrecer sino cosas del culo? Aunque vuesa merced le tiene tal, que nos lo puede prestar a todos. Si este tratado le pareciere de entretenimiento, léale y pásele muy despacio y a raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme muy apretadamente. De mi celda, etcétera.
No se espantarán de que el culo sea tan desgraciado los que supieren que todas las cosas aventajadas en nobleza y virtud, corren esta fortuna de ser despreciadas de ella, y él en particular por tener más imperio y veneración que los demás miembros del cuerpo; mirado bien es el más perfecto y bien colocado dél, y más favorecido de la naturaleza, pues su forma es circular, como la esfera, y dividido en un diámetro o zodíaco como ella. Su sitio es en medio como el del sol; su tacto es blando: tiene un solo ojo, por lo cual algunos le han querido llamar tuerto, y si bien miramos, por esto debe ser alabado, pues se parece a los cíclopes, que tenían un solo ojo y descendían de los dioses del ver. El no tener más de un ojo es falta de amor poderoso, fuera de que el ojo del culo por su mucha gravedad y autoridad no consiente niña; y bien mirado es más de ver que los ojos de la cara, que aunque no es tan claro tiene más hechura. Si no, miren los de la cara, sin una labor, tan llanos que no tienen primor alguno, como el ojo del culo, de pliegues lleno y de molduras, repulgo y dobladillos, y con una ceja que puede ser cola de algún matalote, o barba de letrado o médico".
(Págs. 21-22)
Luis Quiñones de Benavente escribe en su entremés titulado "El murmurador":
PEDRO
Mujer.
QUITERIA
Marido.
PEDRO
Llamen al barbero.
QUITERIA
¿Pues qué queréis hacer?
PEDRO
Sangrarme quiero,
porque traigo la sangre requemada,
corrompida, colérica, dañada,
adusta, hecha materia, y repodrida.
QUITERIA
¿De qué?
PEDRO
De ver la gente entretenida
en murmurar los unos de los otros.
Lengua de tarabilla, ¿qué te importa
que doña Gazmia sea anchifrentona,
y no quiera el socorro de los moños?
¿Pase sin enmoñar, que te embaraza
que tenga la mollera calabaza?
Y se pone moño no te angusties,
porque riza el cabello del difunto,
que el difunto verá lo que le cumple,
pues no se queja él, y tú te pudres?
QUITERIA
Es como un religioso que lloraba
tiernamente de ver quemar a un hombre,
que oyendo los sollozos, dijo, Padre,
no lloro yo que soy el que se abrasa,
y llora el que ha de volverse a casa?
PEDRO
Esto no es murmurar, que no acostumbro
a meterme en las vidas de los otros.
Mas porque una viudita relamida,
repulgada de faz, boquifruncida,
llora por la mañana los difuntos,
y ríe con los vinos por la noche,
dejando el ataúd, y yendo al coche?
Donde come a un cuitado a dos carrillos,
cuanta monedo trae en los bolsillos...
Doña Emilia Pardo Bazán escribió el participio pasado de este verbo en su cuento titulado "Morrión y boina" ("Cuentos de Marineda"):
"En los primeros tiempos se habían portado con gran formalidad, mostrando sumo respeto al patriarca; pero así como los sacristanes acaban por familiarizarse con las imágenes y objetos sagrados, y andar entre ellos como andarían entre cacharros o espuertas, ya los tertulios de Don Juan no veían en él al figurón respetable de su partido, sino al viejecito chocho, con cuyas ideas estrambóticas se divertían en grande. Era aquella una generación nueva, no educada para venerar, o al menos infiltrada de ese virus de libre examen que funda la veneración en la crítica: que sí venera, quiere saber por qué, y a quien en último término sólo se imponen positivamente la inteligencia y el vigor. Así es que la casa de Don Juan, poco a poco fué convirtiéndose para ellos de santuario en entremés, y cada día ideaban una diablura diferente para solazarse a cuenta del pobrecillo. Empezaron por tomarla con la criadita del señor Don Juan, recomendada de un canónigo, que tenía la voz monjil y el andar muy repulgado; que saludaba diciendo «¡Ave María purísima!», y que era, en opinión de Don Juan Boina, la suma de las virtudes y el paraninfo de la castidad: flaqueza de juicio frecuente en los viejos que toman a su servicio muchachas".
(Pág. 157)
Don Benito Pérez Galdós escribió la voz repulgo en varias de sus obras. Hemos escogido el Episodio nacional de la serie titulado "Narváez":
"Pero dejemos esto, y sigo contándote que el Padre Fulgencio tomó chocolate, no sin hacer antes muchos repulgos con su boquita, los cuales no acabaron hasta que entró mi tía Josefa con la jicara y bollos, diciendo: “Hágalo por penitencia, Padre, y si es exceso, cárguelo á nuestra cuenta.,, Bueno: pues ni la más ligera alusión á las cosas de que hemos hablado nosotros, hizo el escolapio, acreditándose así de hombre ladino. Si yo no hubiera estado presente, ¡sabe Dios...!".
(Cap. XVI ; pág. 165)
Don Ramón María del Valle-Inclán también puso la voz repulgo en algunas de sus obras; por ejemplo, en la tragicomedia "Divinas palabras":
"EL CIEGO DE GONDAR.-Nos subimos a dormir al sobrado.
MARI-GAILA.- ¡Condenada tema! ¿Cómo estás tú sin una buena rapaza?
EL CIEGO DE GONDAR.-Las rapazas solamente valen para sí. Un ciego requiere mujer lograda.
EL COMPADRE MIAU.-¡Más parece al contrario! Como no ve, no puede apreciar hermosura, y cuando palpe querrá encontrar las mollas prietas.
EL CIEGO DE GONDAR.-¿Tú, Cómo las tienes, Mari-Gaila?
LA VENTERA.- Después de parir, no hay mollas duras.
MARI-GAILA.-Eso va en la condición de cada mujer. Yo, después de parir tenía la carne que no se me agarraba un repulgo.
EL CIEGO DE GONDAR.-Deja ver cómo las tienes ahora".
La acción de repulgar empanadas la describe Gabriel Miró en su novela "Nuestro Padre San Daniel":
"Comenzaba abril, el abril de Oleza, oloroso de acacias, de rosales y naranjos; de buñuelos, de hojaldres y de «monas» de la Pascua. Pero don Jeromillo sentía ya la rubia hoguera de junio que alumbraba las regaladas vísperas de los Santos Apóstoles. La memoria de sus pasados refocilos no le dejaba ni cumpliendo su ministerio. Tenía que penitenciarse imaginando muy hediondos tos manjares y muy horrenda a doña Corazón. Y nada. Trunfaba siempre la pulidez de la señora. Porque ¿qué fortaleza y qué rigores ascéticos podrían malograr la sabía mensura de la masa de las empanadas de pescado y el primor de la tostada orilla, toda de un rizo, como el tisú de la casulla más preciosa de la Visitación?
-Y ese trenzadico, o como se llame de los pasteles, ¿lo hace usted con los dedos nada más?
-¿Dice usted el repulgo, don Jeromillo?
-¿El repulgo? Bueno; sí, señora; el repulgo será.
-¡Pues cómo había de hacerlo, sino con los dedos nada más! — Y la señora tendía sus manos mostrándole los graciosos hacedores del repulgo, y sonreía como una santa que sabe la blancura de sus dientes.
Y el capellán le miraba los dedos aspirando su aromosa limpieza, olor de bergamoto, pero bergamoto hecho ya carne y palidez delicada de la viuda".
("Don Jeromillo y Don Magín"; pág. 146)
MJ colgó en YouTube la siguiente receta de empanada de atún: